La tempestad de ese momento legó al día; pigmentos vertidos, puertas rotas. Todo yace, cae el peso; la derrota atormenta, la vida acecha; parece ganar el pulso. Artista… ¿de calle?, ¿de sangre?… artista vendida. Los parámetros de la realidad minimizados parecen ahogarme, entonces apareces tú…La idea, la musa, lo supremo; la mezcla de esencia y pigmento envuelve el alma del local que solo tú llevas dentro. Te llena, te crece, te envuelve. Solo tú conoces los más intrínsecos rincones de sus adentros.

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