«…Por otra parte, es posible descubrir en nuestros cuadros manchas, líneas y zonas de color que no corresponden a realidad alguna, sino que, de acuerdo con una ley de nuestra matemática interior, preparan musicalmente y acrecientan la emoción del espectador.
Creamos aún, en cierta manera, un ambiente emotivo, buscando a golpe de intuición las simpatías y vínculos existentes entre la escena exterior (concreta) y la emoción interior (abstracta). Esas líneas, esas manchas, esas zonas de color aparentemente ilógicas e inexplicables, tales son las misteriosas claves de nuestros cuadros…».
U. Boccioni, C.Carrà, L Russolo, G. Balla y G. Severini